El arte de sanar nuestro cuerpo a través de las emociones

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Nuestra salud física se encuentra íntimamente ligada a nuestras emociones y es un hecho que se ha logrado comprobar científicamente, pero, cuando hablamos del hecho de que las emociones afectan nuestra salud, no estamos tratando de un tema novedoso, por el contrario, se trata de un conocimiento que ha estado presente a lo largo de nuestra historia y que nuestros ancestros sabían muy bien.

La clave para una salud plena se basa en una concepción integral que va mucho más allá de la ausencia de dolores o molestias a nivel físico, pues también incluye nuestro universo emocional, la manera en la que nos relacionamos con los demás, la espiritualidad, en fin, todos los ámbitos de nuestra vida.

COMPRENDIENDO LAS EMOCIONES

Las emociones son reacciones psicofisiológicas que todos los seres humanos tenemos de manera innata, es decir, nacemos con ellas y son universales, todos las experimentamos.

Mucho se suele hablar de las emociones positivas y negativas, y esto es algo que debemos dejar de repetir, pues las emociones no tienen cualidades de buenas o malas, las emociones simplemente son, y forman parte de nuestro bagaje emocional que en cierta medida, determinan nuestra conducta.

Esta falsa creencia de que existen emociones negativas ha dado paso a una nueva y (lamentablemente) marcada tendencia en ‘enfocarse en lo positivo como estilo de vida’.

Mantener una actitud positiva y optimista nos ayuda a salir de situación de caos, viendo oportunidades y aprendiendo a valorar lo que damos por sentado, ciertamente; sin embargo, me resulta preocupante la gran cantidad de personas inmersas en un pensamiento mágico en el que no se permite el sentir, pues se enfocan en ‘lo positivo como estilo de vida’.

Esto no se trata más que de una postura tan enfermiza y dañina como la de aquel que se enfoca en lo que no tiene, en lo que perdió o en lo que le falta. Negarnos a lo que sentimos no va a hacer que ello desaparezca, por el contrario, quedará en nosotros y eventualmente saldrá.

Y no, no hay emociones buenas ni malas. Las emociones simplemente son y forman parte de la dinámica de nuestra vida emocional y es sano sentirlas y poder expresarlas de manera asertiva.

LAS POSIBILIDADES DE LA ENFERMEDAD

Es importante que entendamos que todo lo que callamos o nos negamos a sentir, no desaparece, por el contrario, se guarda en una parte de nuestra psique y tarde o temprano saldrá, en forma de síntoma físico.
Pero esto no se trata de algo negativo, por el contrario, las enfermedades o dolencias, son una oportunidad para crecer, para hacer consciente aquello que, en ocasiones, incluso desconozco que existe en mí.

Esto es entonces, un recurso valiosísimo que tenemos; es la manera en la que nuestro cuerpo nos indica hacia dónde debemos mirar en nuestro interior para lograr sanar esas heridas que pesan, que duelen y que nos han acompañado quizás por muchos años y que necesitamos deslastrar.

Sanar nuestro cuerpo a través de las emociones es una herramienta que todos tenemos al alcance de nuestras manos, sin embargo, es importante hacer énfasis en el hecho de que todos necesitamos de alguien que nos brinde la orientación necesaria para poder llevar a cabo este proceso.

Si hacemos este trabajo solos, bien podemos lograr sanar muchas cosas, pero siempre va a haber una parte que está tan oculta, que ha sido una herida tan profunda que por nuestros propios medios no será posible ver y es allí en donde el papel de un terapeuta se hace fundamental, para servirnos como espejo y reflejarnos aquello de lo que no somos conscientes.

Entonces, ¿Cuál es la clave para una salud integral?: expresar nuestras emociones, permitirnos sentirlas, experimentarlas, para después dejarlas ir, quedándonos con el aprendizaje de su vivencia.

Acerca de la autora:
Maria Elena Sequera

Maria Elena Sequera

Psicóloga, Diplomada en Problemas de conducta y de aprendizaje en niños y adolescentes, en Evaluación psicológica integral.

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