El Juego como Herramienta Terapéutica en la Evaluación Infantil – por Elaine Mogollón.

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El juego es una herramienta esencial cuando trabajamos con niños y niñas en el ámbito terapéutico. Saber jugar no es solo una habilidad deseable, sino una obligación para quienes trabajamos en este campo. A través del juego, podemos obtener valiosa información sobre el estado emocional y psicológico de los pequeños sin necesidad de interpretaciones directas o preguntas que puedan influir en su comportamiento.

La Técnica del Juego Libre

Una técnica efectiva consiste en proporcionar a los niños una caja con una variedad de objetos de juego y permitirles jugar libremente. Durante este proceso, los terapeutas observamos qué juguetes eligen, cómo los manipulan, qué roles adoptan, y en qué condiciones interactúan con ellos. Esta observación nos permite indagar y obtener información valiosa sobre el mundo interno del niño, siempre guiados por su propia dirección en el juego.

Adaptación del Juego a Diferentes Corrientes Terapéuticas

Independientemente de la corriente terapéutica que sigamos —cognitivo-conductual, humanista, psicodinámica, entre otras— el juego puede ser adaptado a nuestras características y objetivos como evaluadores. Personalmente, sigo una corriente humanista y utilizo una variedad de juguetes que se adaptan a esta filosofía. Sin embargo, el juego es una herramienta universal que puede ser utilizada en cualquier enfoque terapéutico.

Factores Clave en la Evaluación

Al evaluar a un niño, dos factores determinantes son la edad y su disposición a jugar o dibujar. La resistencia al juego puede ser un desafío, y en esos casos, es crucial crear un ambiente de privacidad y dejar que el niño decida cómo interactuar. A veces, el niño puede no querer jugar con nosotros directamente, y es nuestra tarea respetar y adaptarnos a sus necesidades, utilizando técnicas como dejar juguetes accesibles y observar a distancia.

Herramientas y Recursos en la Evaluación Infantil

Las herramientas que utilizamos en la evaluación infantil son variadas y dependen de la creatividad del terapeuta. Algunos de los recursos que siempre llevo conmigo incluyen crayones, pinturas, plastilina, muñecos anatómicamente correctos, figuras, máscaras, miniaturas, y personajes de peluche. Cada uno de estos elementos nos permite acceder a diferentes aspectos de la experiencia y emociones del niño.

Juegos y Técnicas Específicas

Algunos de los juegos y técnicas que podemos utilizar incluyen:

  • Juegos de detectives: Descubrir pistas que simbolizan situaciones traumáticas.
  • El juego del psicólogo: Invertir roles donde el niño actúa como terapeuta.
  • El juego de la familia: Plasmar simbólicamente los roles familiares.
  • El juego del doctor: Usar recursos médicos para manipular y expresar realidades internas.
Observación en el Juego

Al observar el juego, es esencial prestar atención al contenido, la forma del juego, y las emociones que se manifiestan. El contenido nos indica lo que perturba al niño, la forma del juego revela el grado de perturbación, y las emociones expresadas nos informan sobre miedos, celos, abandonos, y ansiedades. Estas observaciones nos ayudan a suavizar el dolor emergente y validar las experiencias emocionales del niño.

Técnicas Proyectivas y Cuentos

Las técnicas proyectivas, como las láminas de «Mi Familia y Yo» o las frases incompletas de SACS, nos permiten acceder a la información que los niños pueden tener sobre situaciones traumáticas. Además, los cuentos pueden ser una herramienta poderosa para ayudar a los niños a identificar y expresar sus experiencias. Cuentos como «Los secretos de Petronila» o «Estela grita muy fuerte» abordan temas de secretos, autodefensa y experiencias traumáticas de una manera que los niños pueden comprender y con la que pueden relacionarse.

Creatividad y Espontaneidad en el Juego

La creatividad y la espontaneidad son esenciales en el uso del juego como herramienta terapéutica. La versatilidad en el uso de juguetes, juegos, y técnicas permite a los terapeutas adaptarse a las necesidades individuales de cada niño, creando un espacio seguro y acogedor para la expresión emocional y el descubrimiento personal.

Conclusión

El juego no solo es un medio para crear un vínculo con los niños, sino que también tiene objetivos terapéuticos y evaluativos profundos. Desde el momento en que un niño entra al consultorio y toma un juguete, el proceso de evaluación comienza. La observación atenta y la adaptación creativa de las técnicas de juego son fundamentales para apoyar y comprender a los niños en su camino hacia la sanación y el crecimiento emocional.

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